Sigrida Undset


   Sigrida Undset fue una escritora noruega. Nació el 20 de mayo de 1882. Su pasión por la historia la heredó de su padre.
   Admiró siempre el libre albedrío, en un clima de paz y de justicia. Convencida de su fe, se opuso a las fuerzas del mal, defendió con pasón a los débiles, los perseguidos, los tránsfugos, Durante la última contienda tomó partido por los aliados, ya que sus ideales le hacian repudiar todo vasallaje.
En sus memories recuerda que en su infancia visitaba con frecuencia a los parientes daneses de su madre; durante esos viajes conoció a los pequeños escolares de la Jutlandia del sur: ellos le relataron como sus maestros les obligaban a recitar loas a los prusianos y la aversión a su propia raza. En sus gestos, Sigrida adivinó el odio y la aversión; dedujo que resulta imposible para otros educar a los alemanes: son ellos mismos los que deben hacerlo, y comprender que la guerra es un mal negocio.
   Siendo empleada en un negocio de la ciudad de Oslo, publicó sus primeros trabajos literarios en 1907. Entró en el mundo de las letras con el afamado romance autobiográfico "Marta Ulie". Unos meses despues le siguió "La edad feliz". Estaba en la senda de la interpretación del alma femenina, la veta más pura y fecunda de su producción.
   "Jenny" (1911); "Pobres seres" (1912); "La primavera" (1914); "El resplandor del espejo encantado" (1917): "Las vírgenes prudentes" (1918); "Nubes de primavera" (1921) jalonaron sus primeras experiencias de novelista. Después sobrevino la segunda época, aquella en que su intelecto la llevó a campear como escritora pundonorosa y fructífera: además del mencionado Premio Nobel "Kristin Lavransdatter", magistral aderezo de su espíritu selecto y equilibrado, había publicado ya algunos trabajos muy celebrados, como "La leyenda del rey Arturo y Los Caballeros de la Tabla Redonda" (1915), y "La leyenda de San Halvart" (1920).

Pedro Henríquez Ureña

   Pedro Henríquez Ureña nació en la República Dominicana en 1884, en el seno de una familia donde se multiplican los valores intelectuales. Un hermano de Pedro, es Max, diplomático y distinguido hombre de letras el también.
   Muy joven llegó a la ciudad de México donde cumplió brillantemente con sus estudios en la Facultad de Derecho graduándose como abogado.
   Vivió en la propia ciudad de México en contacto con lo mas destacado de la Juventud: José Vasconcelos, Antonio Caso, Alfonso Reyes, sentando las bases para una transformación pedagógica que minó las bases del positivismo de Barreda que predominaban.
   Casó en la ciudad de México con una hermana del licenciado Vicente Lombardo Toledano. Fue catedrático en la Escuela Nacional Preparatoria, en la Facultad de Filosofía y Letras, etc., etc.
   Escribió en diaries y revistas, dictó ciclos de conferencias y ocupo puestos importantes en la Secretaría de Educación Pública.
   Viajó por diferentes países de América y por diversas Universidades de Norteamérica.
Posteriormente fue a radicarse a Buenos Aires donde finalizó su existencia en 1946.

Los primeros ingenieros

   LOS primeros "ingenieros" fueron ciertos especialistas en hidráulica y obras públicas. Y naturalmente, entre ellos deberán contarse los constructores de los canales excavados en la Mesopotamia y el antiguo Egipto, y en las diferentes obras públicas, tales como templos, murallas, pirámides, etcétera, levantadas en las urbes desde la mas remota antigüedad.
   También entre los griegos la ingeniería se ocupo especialmente de agrimensura y construcciones de albañilería civil y militar. Se hicieron progresos en la construcción de galerías, acueductos técnicamente perfectos, puentes que resistieron durante siglos, etc. Los conocimientos de mecánica eran imperfectos, aunque los romanos ya conocían y usaban los cojinetes esféricos (como se ha comprobado por los hallazgos hechos en las naves romanas del Lago de Nemi). Los griegos combinaron mecanismos ingeniosos para abrir puertas, mover los brazos de las estatuas de los dioses, etc. En el Medioevo aumentaron los conocimientos mecánicos, especialmente aplicados a la fabricación de las armas, pero los resultados prácticos fueron escasos. Y es fácil entender el por qué: en primer término estaba el secreto militar. Luego, el secreto familiar, porque los secretos técnicos eran transmitidos de padre a hijo y permanecían sepultados en los ambientes familiares. Finalmente, el enorme costo, y por ende la escasez de manuscritos sobre materia técnica, volvía muy lenta la difusión de los resultados prácticos. La primera colección de bosquejos de mecanismos que se conoce, es de un ingeniero francés de 1250. Leonardo de Vinci, mas tarde, hizo estudios notables en la ingeniería. Trató los problemas técnicos con la mentalidad de un ingeniero moderno, y fue el primero que estudió y agrupó sistemáticamente los resultados de los experimentos. En todos los campos obtuvo directamente un conjunto orgánico de nociones. Sus investigaciones sobre la dinámica de los fluidos y la resistencia de los materiales resultan sorprendentes para su época. En el siglo XVI la técnica comenzó a separarse de la ciencia pura. En el periodo siguiente, durante casi dos siglos, se efectuaron lentos avances en el campo de la ingeniería. Hubo, en cambio, notabilidades en las matemáticas, en la física y en la astronomía (Galileo, Kepler, Newton, Torricelli, etc.), pero ninguno de ellos se dedicó a estudios de ingeniería propiamente dichos. Especialmente durante el siglo XVII, los técnicos efectuaron cálculos y búsquedas usando con amplitud la matemática de aproximación. La verdadera escuela de ingeniería fue abierta en París en 1747, y fue la famosa "Escuela de puentes y caminos". Al año siguiente, en Mezieres, también en Francia, se abrió la "Escuela de los ingenieros". La Revolución Francesa, con el poderoso impulso que dio a los estudios y a la cultura, llevó a la creación del primer Politécnico (París, 1794-1795) y de varias escuelas de aplicación. Después de las mencionadas aparecieron dos famosas escuelas de ingeniería: la, "Escuela Técnica Superior" de Praga, en. 1806, y una escuela similar en Viena, en 1815. Asi comenzaba el glorioso periodo de la ingeniería, el siglo en que fueron construidas grandiosas obras técnicas, y durante el cual los estudios se fueron haciendo paulatinamente cada vez más profundos.
   Vivimos, ahora, en el mundo de la técnica y de la ciencia. Y la ingeniería se ha convertido, sin lugar a dudas, en una de las bases del progreso humano.