El librero

   El librero es un comerciante en cuya tienda se venden al público las obras de los editores, los libros. A menudo, el librero es también vendedor de periodicos y de revistas.
   En su tienda, el librero vende libros y, casi siempre, revistas u otras publicaciones impresas. Para seleccionar los libros que tendra en sus estanterias, el librero debe conocer bien a su clientela y elegir, consultando los catálogos, los libros que más le convienen, ya que solo en España se editan varios centenares de libros cada mes y los títulos en venta alcanzan varios cientos de miles. El buen librero ha de saber informar y aconsejar a sus clientes, indicarles cuales son los últimos títulos aparecidos y el argumento de las principales novelas. Muestra en el escaparate las obras que más puedan agradar: premios literarios, libros para regalo, libros de actualidad, manuales prácticos, etc. El librero suele deshacerse de los libros invendibles por medio del mercado de ocasión.

¿Cuál es el trabajo de un editor?

   El editor publica obras destinadas al público. Las elige, hace imprimir numerosos ejemplares de ellas y las difunde entre los lectores.
   Un editor puede publicar todo tipo de obras impresas: libros, revistas, periódicos, ilustraciones, obras musicales, pianos e incluso filmes. En general, cada editor se especializa en un tipo definido y concreto de publicaciones. El editor recibe manuscritos de autores y los selecciona con la ayuda de un comité de lectura. Después de haber escogido el papel que empleara para la edición, de haber calculado la posible tirada y de haber estudiado el precio de coste, el editor entrega el manuscrito de la obra a un impresor para que lo componga, manda hacer o elige las ilustraciones, prepara la maqueta, corrige las faltas y, juntamente con el autor, da el visto bueno para la impresión. La obra acabada es difundida por medio de las librerías y parte del precio de venta pasa al autor en concepto de «derechos de autor».

¿Qué es un ácido?

   Un ácido es una sustancia química que al disolverse en agua aumenta la concentración de iones de hidrógeno (H+). Estas sustancias pueden ser capaces de quemar la piel y de disolver o corroer los metales. Algunos ejemplos son el ácido cítrico, el nítrico y el sulfúrico.
   La acidez es el grado de contenido de ácidos de una sustancia.