¿Por qué las plantas son verdes?

   La mayoría de las plantas tienen hojas verdes debido a que contienen un pigmento verde llamado clorofila. Justo debajo de la superficie de las hojas hay una capa de células que poseen unas estructuras especiales en forma de discos, los cloroplastos, llenos de clorofila.

hoja verde

La clorofila provee el color verde a las hojas de las plantas
 
 
 
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Las cataratas Victoria

   Los nativos denominaban a las cataratas del Zambeze las "humaredas atronadoras". En 1855, el explorador inglés Livingstone las bautizó con el nombre de "cataratas Victoria" en homenaje a la reina de Inglaterra
David Livingstone, pastor protestante, misionero y médico inglés, visitó terri­torios desconocidos de África del Sur con el propósito de evangelizar y cuidar a los indígenas. Después de atravesar el desierto de Kalahari, Livingstone descubrió las fuentes del Zambeze. Ex­plorando el curso superior del río pudo contemplar un extraordinario espec­táculo: una caída de agua de 110 metros de desnivel. El río, que en aquella zona tiene una anchura de 1700 me­tros, se precipita por una garganta de sólo 80 metros de ancho. El estrépito de las aguas es perceptible desde muy lejos y una cortina de bruma se eleva constantemente de la tumultuosa e impresionante muralla líquida, cortina que al ser atravesada por los rayos del sol produce magníficos arco iris.

¿Por qué los árboles parecen juntarse a lo lejos en la carretera?


   Nos da la impresión de que los árboles se juntan, pero en realidad no es así.
   Cuanto más lejos están los árboles, más pequeños parecen, y la distancia que separa las dos hileras parece disminuir también.
   El ángulo desde el cual vemos un ob­jeto disminuye con el alejamiento. El poder separador del ojo varía de un individuo a otro, pero tiene un limite. Si, por ejemplo, la anchura de la ca­rretera se observa desde un ángulo inferior a un minuto, aproximadamente, para una vista normal todos los pun­tos comprendidos en esta zona se con­funden. El ojo ya no puede separarlos. Los árboles parecen unirse en el infi­nito, puesto que los puntos del uno ya no pueden distinguirse de los del otro en la retina.