El sintoísmo es la religión oficial de Japón;
Shinto significa camino de los dioses, según indican las palabras
Shin-dios y
to-camino. Su culto se remonta a tiempos muy remotos; con diversas modificaciones y acomodo a las diferentes épocas, ha llegado hasta nosotros conservando sus principios esenciales y más importantes ritos.
Se basa en el culto de las fuerzas y energías naturales, en los temores e inquietudes que producen en el hombre y en su sentido reverencial los dones y beneficios que recibe de la Naturaleza. Dentro de una concepción politeísta, el
Shinto deifica al sol, al fuego, al viento, a la tierra, al agua y a otros grandes agentes naturales, así como a sus manifestaciones concretas, como las rocas, los arroyos, los volcanes, los ríos, las flores, los árboles y tantos otros elementos que animan y prestan su belleza al escenario grandioso de la Naturaleza, A este ciclo, se agrega el culto de los antepasados, los héroes y las grandes personalidades históricas del país, a los que se dedica hasta una especie de Olimpo nipón. Entre el ciclo natural y el humano, se establece una relación poético-religiosa, y así, Jim-mu, emperador legendario de la actual dinastía imperial, desciende de la sin par Amaterasu, la diosa del Sol, que es en la jerarquía religiosa del
Shinto lo que Zeus olímpico es en la mitología griega.