El san Bernardo


El útil san Bernardo, un perro invaluable en labores de rescate
Estos perros, de una raza antiguamente muy extendida en Suiza, logra­ron celebridad con el nombre de san Bernardo porque los monjes de la hospedería-refugio del desfiladero del Gran San Bernardo, en los Alpes, los educaron como salvadores de los alpinistas extraviados.
Un pelo muy espeso protege al san bernardo, animal de gran tamaño dota­do de extraordinaria fuerza. En su edad adulta llega a alcanzar el peso de un hombre. Es valeroso y tenaz y posee un olfato muy fino que le permite dirigirse en medio de un violento temporal de nieve, en busca del cuerpo de un alpi­nista sepultado por un alud. Pende de su cuello un barrilito lleno de una bebida alcohólica destinada a reanimar al excursionista extraviado. Frente a la hospedería del Gran San Bernardo se ha erigido una estela en recuerdo de "Barry", el más famoso de esos perros salvadores. Treinta perros de esta raza, bien entrenados para su cometido, es­tán siempre preparados en la hospede­ría, para salir en misión de salvamento de posibles víctimas de la montaña.

Las mitológicas sirenas

   Según las antiguas creencias mi­tológicas de los grie­gos, eran las sirenas ninfas del mar que con su canto atraían a los navegantes, víctimas de la crueldad de estos genios malignos. Se las describía habitando prados floridos y de­leitosos, entenebrecidos por huesos humanos. Se cuenta que Ulises, cuando pasó por la isla de las Sirenas, pa­ra librarse de sus se­ducciones, se hizo atar fuertemente a la nave y tapó sus oídos con cera de abejas. Despues de que salvó este peligro, las sirenas, desespe­radas por su fracaso, se lanzaron al mar y fueron convertidas en los islotes o peñascos de las Siremusas, que se encuentran cerca de las costas italianas. En las antiguas representaciones griegas, las sirenas aparecían como aves singulares, con la cabeza, el pecho y los brazos de mujer.

Energía potencial y cinética en un péndulo

Cuando un péndulo está en una posición lateral posee energía potencial, o sea, que por su si­tuación se halla en disposición de realizar un trabajo. Cuando empieza a moverse hacia la po­sición central, la energía está­tica se transforma en energía cinética que, al pasar al otro lado, vuelve a ser estática.

El péndulo ideal
El péndulo ideal no pierde ener­gía cuando se mueve. La energía potencial se transforma ente­ramente en energía cinética, y viceversa, porque el péndulo, en cada movimiento, recorre la misma distancia.

El péndulo real
Sin embargo, en la práctica el péndulo pierde siempre una parte de la energía mecánica, que escapa en forma de energía calórica. Para dar un ejemplo, cuando un coche corre cuesta abajo, no por ello se transforma toda la energía potencial en energía cinética. A causa de la fricción se pierde una parte de energía, y el coche no sube cuesta arriba tanto como antes ha bajado.


Movimiento pendular



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