Algunos actores dramáticos, para expresarse en el escenario, permanecen mudos y reemplazan las palabras por actitudes, gestos expresivos y acentuados juegos de la fisonomía. Estos artistas son los mimos.
El arte de la mímica, que ha conocido épocas esplendorosas, es poco practicado en la actualidad. Es dificil hacerse entender sin pronunciar palabras ni emitir sonidos. Para expresarse con mayor claridad, el mimo estiliza sus movimientos, acentúa, gracias al maquillaje, los efectos fisonómicos y busca e imita los rasgos esenciales de los personajes que representa. Los grandes mimos, muy poco numerosos, suelen trabajar solos, aunque existan excelentes compañías dedicadas únicamente a la mímica. Los mimos tienen sobre los actores la ventaja de hacerse entender en todos los países. Algunos actores famosos han preparado a menudo espectáculos de mímica para poner de manifiesto asi su admiración hacia ese arte depurado, al que aprecian por la simplicidad de sus métodos.