Al igual que ocurre con el método científico, no puede decirse que existan recetas para la realización de experimentos. Hay muchos métodos experimentales, tantos que casi podría afirmarse que para cada experimento hay uno, ya que los retos que nos plantean son siempre distintos. La habilidad del experimentador consiste en imaginar y llevar a cabo de la mejor manera posible el control de sus variables para poder obtener resultados lo más precisos posibles, y en este proceso se siguen muchos caminos distintos.