Se podría decir que el metal es un cuerpo que generalmente posee muchas de las propiedades siguientes: es opaco y, a temperaturas ordinarias, se presenta en estado sólido. Refleja bien la luz. Conduce bien el calor y la electricidad. Cuando se lo deja enfriar después de fundido, se solidifica en forma de una compacta masa cristalina. Los cristales que forma son, por lo general, invisibles a simple vista, pero, en muestras adecuadamente preparadas, se pueden ver bajo el microscopio. No todos los metales poseen las mencionadas propiedades, y muchas de estas, a saber, opacidad y estructura cristalina, son comunes a sustancias no metálicas. Además, por ejemplo, el mercurio es un líquido.
Los metales se pueden dividir en dos clases: metales puros y aleaciones. Los primeros son elementos químicos, mientras que las últimas se hacen mezclando (de ordinario fundiéndolos juntos) dos o más metales elementales.
Solo raras veces se encuentran los metales en estado nativo. Se presentan así con frecuencia el oro, el platino y la plata, mientras que raras veces sucede esto con el cobre y el hierro. La mayoría de los metales, sin embargo, se encuentran en forma de minerales, que son compuestos químicos del metal con uno o mas elementos, tales como oxígeno, azufre y carbono. Estos compuestos están de ordinario mezclados con otros minerales que los mineros conocen como gangas. Después de separar el mineral de la ganga, se obtiene el metal disolviendo el compuesto, ya sea químicamente, o, más generalmente, por medio de calor.