Sólo hay una guerra que puede permitirse el ser humano: la guerra contra su extinción.
En primer lugar acabemos con Sócrates, porque ya estoy harto de este invento de que no saber nada es un signo de sabiduría.
La suerte favorece sólo a la mente preparada.
Un sutil pensamiento erróneo puede dar lugar a una indagación fructífera que revela verdades de gran valor.
Negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo un hecho.
La violencia es el último recurso del incompetente.
La autoeducación es, estoy convencido, el único tipo de educación que existe
No tengo miedo a las computadoras. A lo que tengo miedo es a la falta de ellas.
Nunca permitas que el sentido de la moral te impida hacer lo que está bien.
Las tres leyes de la robótica son:
1. Un robot no puede dañar a un ser humano ni, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos excepto cuando tales órdenes entren en conflicto con la Primera Ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia hasta donde esta protección no entre en conflicto con la Primera o Segunda Ley.
El aspecto más triste de la vida actual es que la ciencia gana en conocimiento más rápidamente que la sociedad en sabiduría.
La vida es agradable. La muerte es tranquila. Lo malo es la transición.
Realmente, casi no es necesario que hagamos el bien. Lo que hace falta es que dejemos de hacer el mal, ¡caramba!