Los líquidos y los gases son fluidos, es decir, ambos cambian de forma fácilmente y se adaptan al recipiente que los contiene. Dicho de otra manera, tanto los líquidos como los gases "fluyen". La diferencia entre los dos es que a los líquidos no es fácil cambiarles su volumen, mientras que los gases lo cambian por si mismos o bajo cualquier acción externa. Esto significa que los gases son compresibles y los líquidos incompresibles.