Este célebre atolón de las islas Marshall, en el Pacifico, esta situado a 4000 kilómetros al norte de Australia. Fue el área de experimentación norteamericana de las bombas atómicas, tras la evacuación de sus 160 habitantes y su "rey" Juda a la cabeza.
El islote de Bikini es un atolón formado por corales. Entre 1946 y 1958 fue testigo de 22 explosiones nucleares, tanto aéreas como terrestres y submarinas. Tras un acuerdo entre los Estados Unidos y el jefe de la tribu local, los habitantes de Bikini emigraron, primero a la isla Rongerick y luego a la de Kili. El islote, convertido en terreno de experimentación, ha permitido estudiar las consecuencias de las explosiones atómicas sobre los materiales, los animales y las plantas. Se asegura que los árboles supervivientes dan unos frutos enormes y que los animales abundan más que antes: ya no pueden ser cazados por los hombres.