Cada cuatro años, en el transcurso de los Juegos Olímpicos, los atletas disputan una larga carrera en recuerdo del mensajero griego que corrió sin detenerse la distancia (unos 42 kilómetros aproximadamente) que separa Marathon de Atenas.
En el año 490 a. de J.C., Darío, rey de los persas, se aprestaba para sitiar Atenas y conquistar Grecia. Escogió para el desembarco y acampada de su tropas la llanura litoral de Marathon, al nordeste de Atenas. El ejército griego, conducido por Milcíades, sorprendió a los persas y les causó 6 000 bajas. Pero los restos del ejército de Darío, reembarcados precipitadamente, se dirigieron entonces hacia Atenas. Milcíades envió a un soldado, Filípides, para anunciar su victoria a los atenienses y prevenirlos del inminente ataque persa. El corredor de Marathon cubrió los 42 kilómetros sin concederse el menor descanso, transmitió el mensaje y, agotado por el esfuerzo, cayó fulminado. Milcíades y su ejército llegaron a Atenas con tiempo suficiente para poder defender su ciudad.