Cuando el aire está lleno de humo o polvo, sopla un viento frío o si pican cebollas, los ojos lloran. Esto se debe a que aumenta la cantidad de lágrimas para eliminar la irritación. Por lo general, las lágrimas normalmente pasan por un diminuto orificio de drenaje situado en el extremo interno del ojo, junto a la nariz, en dirección a un conducto que conecta con la cavidad nasal. Al llorar, este no puede drenar todo el líquido, que se desborda, y se derraman lágrimas.