Nuevas pruebas de ADN ha sugerido que los antiguos minoicos no tuvieron su origen en Egipto en absoluto.
Cuando Sir Arthur Evans descubrió el palacio de Minos en Creta en 1900, determinó que los artefactos dejados por los minoicos no se asemejaban a los objetos griegos de la Edad de Bronce y en su lugar propuso su origen en el norte de Egipto. Sin embargo, una nueva investigación ha puesto en duda esta hipótesis debido al ADN recuperado de las cuevas en Creta que sugiere que los minoicos descendían de agricultores europeos que se establecieron en la isla miles de años antes.