El revocador es un pintor de obra que se dedica a remozar las paredes exteriores de las construcciones antiguas mediante la pintura de los desconchados o la limpieza de las piedras.
Como todos los pintores, el revocador debe tener ojo experto y mano hábil. Para repintar la pared utiliza métodos tradicionales: rasca las capas antiguas, tapa los desconchados y finalmente aplica una nueva capa. Para limpiar las piedras o los ladrillos emplea un aparato moderno que proyecta agua, arena o vapor, a presión. El trabajo se realiza en equipo sobre pequeños andamios o inestables pasarelas suspendidas de cablecillos de acero. Este peligroso y malsano oficio suele estar bien retribuido. Durante el invierno, el revocador se convierte en pintor de interiores. Con un poco de ambición y de esfuerzo puede llegar a ser jefe de equipo o establecerse por su cuenta.