No es en absoluto exagerado el calificativo de Ciudad Encantada con que se bautizó al conjunto de volúmenes de piedra de caprichosas y extrañas formas situado en las cercanías de la ciudad de Cuenca. "Damas Pedernales" llamó Góngora a ese océano de rocas, a la vez enorme zoológico y archivo de catedrales, palacios, rostros humanos y cualquier cosa que nuestra fantasía quiera ver o interpretar. Y fueron las lluvias, las corrientes de agua, los malhumorados vientos, quienes, día a día, durante milenios, esculpieron tan hermosa y sobrecogedora maravilla geológica, en la confluencia de la planicie manchega con la meseta de la Alcarria, en un agrietado terreno calizo.
La Ciudad Encantada de Cuenca
No es en absoluto exagerado el calificativo de Ciudad Encantada con que se bautizó al conjunto de volúmenes de piedra de caprichosas y extrañas formas situado en las cercanías de la ciudad de Cuenca. "Damas Pedernales" llamó Góngora a ese océano de rocas, a la vez enorme zoológico y archivo de catedrales, palacios, rostros humanos y cualquier cosa que nuestra fantasía quiera ver o interpretar. Y fueron las lluvias, las corrientes de agua, los malhumorados vientos, quienes, día a día, durante milenios, esculpieron tan hermosa y sobrecogedora maravilla geológica, en la confluencia de la planicie manchega con la meseta de la Alcarria, en un agrietado terreno calizo.