Roma fue el centro vital del inmenso imperio romano, y el foro, el corazón de la ciudad. El foro, que al principio era un simple mercado en el cual se reunían los latinos procedentes de los pueblos circundantes, se enriqueció rápidamente con santuarios, tumbas, templos y salas basílicas destinadas a las reuniones públicas. Con la vida comercial se desarrolló la vida política; las reuniones del Senado se celebraron en el foro, en la Curia. Actualmente, se conservan numerosos e interesantes restos monumentales del foro romano. El áureo hito militar del foro constituía el punto de partida teórico de las grandes rutas del imperio, tales como la Vía Apia o la Vía Sacra.
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