Jean-Paul Marat (1743-1793). El caudillo más cruel de la Revolución Francesa fue Jean-Paul Marat. Era un personaje solitario, poderoso a la par que honrado y sincero en sus ideas, las que, sin embargo, lo indujeron a mandar al patíbulo a millares de personas.
Marat nació en Boudry, Suiza. Llegó a ser médico y hombre de ciencia de renombre, y durante algún tiempo vivió en Londres. Habiéndose interesado en las ideas políticas de su tiempo escribió un libro titulado Ensayo Filosófico sobre el Hombre, que causó muchas controversias. Después de que los revolucionarios franceses tomaron la Bastilla, en 1789, abandonó su carrera científica por completo y trabajó sin descanso contra Luis XVI y sus partidarios realistas en Francia. Publicó un periódico escandaloso y en dos ocasiones tuvo que huir de París a Londres. Habiéndose escondido en las alcantarillas de París para eludir su arresto, contrajo una terrible enfermedad de la piel, de la que nunca se pudo aliviar.
Elegido como delegado a la Convención de 1793, Marat era odiado y temido por los girondinos que pugnaban por una república de orden. A pesar de todo, Marat gozaba de popularidad entre el populacho que dominaba a París y fue puesto en libertad después de haber sido juzgado por el tribunal revolucionario. Una noche, en 1793, mientras reposaba en su tina de baño para atenuar el dolor de su enfermedad, fue apuñalado por una joven llamada Charlotte Corday. Marat murió y Charlotte fue sentenciada a morir en la guillotina.