En mar abierto, las olas pueden ser grandes, o medianas, o sólo ocasionales, el océano puede ser tan liso como una alberca. La fuerza de los vientos y huracanes levanta grandes olas. Pueden levantarse a 20 metros o aún más, de tal manera que los barcos más grandes y potentes pueden encontrarse en peligro.
A medida que las olas llegan a las playas bajas y chocan con la tierra, se hacen cada vez más altas. Algunas tormentas han causado olas de hasta 34 metros de altura. En Australia del Sur y California se forman olas de 1 a 3 metros de altura. Allí son tan grandes las olas, porque el enorme océano puede barrer la costa sin la interrupción de islas u otros obstáculos, que le harían perder su potencia.
Las olas más impresionantes se llaman tsunami. Estas se producen cuando explota un volcán submarino, como el Krakatoa en 1883 o se desata un terremoto bajo el lecho marino. Estas olas son poco notables en mar abierto, pero cuando llegan a la costa, se levantan a alturas de más de 10 metros, inundando islas completas y ciudades costeras que se encuentren en su trayectoria.