Siempre constituye un espectáculo impresionante ver trabajar a las rotativas de un gran diario, devorando a toda velocidad kilómetros de papel virgen y entregando, al compás de su deglución, miles de ejemplares cuyas pilas serán distribuidas rápidamente para su venta. La aparición de la rotativa a mediados del siglo XIX marcó un hito en la historia de la imprenta, cuyo ritmo de producción aceleró rápidamente. Es una prensa impresora cilindrica, cuyo movimiento rotativo continuo permite una velocidad mucho mayor que las prensas planas, de movimiento alterno.
Las rotativas tipográficas reciben unas formas (tejas) de impresión; es decir, unos clisés curvados que son fijados al cilindro de la máquina. Otro cilindro que gira a la misma velocidad presiona el papel sobre la forma.
Las rotativas para periódicos, alimentadas por enormes bobinas de papel, están constituidas por varios elementos de impresión. Cada uno de éstos consta de un cilindro portaclisés con su dispositivo de entintado y su cilindro de presión. Dos de estos elementos forman un grupo que imprime ambas caras del papel simultáneamente.
Las tiras de papel impreso se superponen y entran juntas en la plegadora, en la cual son cortadas y plegadas. Existen otros tipos de prensas cilindricas: rotativas de gran tirada, a varios colores, en offset y en huecograbado, pequeñas rotativas que imprimen también sobre metal, etc.