Una insignificante población, a 70 Km al NO. de Atenas, se encuentra hoy en el lugar que fue el asiento de una de las más antiguas y grandes potencias de Grecia, la gran ciudad de Tebas. De la antigua ciudad, sólo se ven ahora unas cuantas ruinas en Cadmea, la acrópolis de la antigua Tebas, llamada así por Cadmo, el mitológico fundador.
Tebas se encuentra en la parte central de Beocia, en una región fértil y de bien irrigadas tierras, pero de atmósfera cargada de neblina. De los beocios, decían sus vecinos los atenienses que eran tristes como su aire; y su poca agilidad discursiva llegó a ser proverbial. Sin embargo, contaron con escritores como el poeta Píndaro y el historiador Plutarco, y con muchos guerreros famosos.
Su historia, su céntrica y estratégica situación, y sus grandes fortificaciones hicieron de la antigua Tebas una de las principales ciudades de Beocia. Tuvo frecuentes conflictos con Atenas y cuando la rivalidad entre Atenas y Esparta culminó en la Guerra del Peloponeso (431-404 a. de C.), Tebas se unió a Esparta. Sin embargo, terminada la guerra, Tebas se convirtió en enemiga de Esparta a causa de la política arbitraria y tiránica de su antigua aliada. Después de muchos conflictos, los tebanos expulsaron la guarnición que los espartanos habían puesto traidoramente en posesión de Cadmea, mataron a los guías de la falange pro-Esparta y formaron una combinación de Estados griegos contra Esparta. Los espartanos sufrieron reveses militares y pronto firmaron la paz con todos sus enemigos, excepto con Tebas, la cual quedó a merced de la temible falange espartana.
El comandante de Tebas, Epaminondas, probablemente el más noble y más famoso de los griegos de su tiempo, ideó la manera de contrarrestar la acción de los espartanos. En el año 371 a. de C., en la llanura de Leuctra, a 14 Km de Tebas, se encontró con el enemigo y formó a sus tropas más escogidas a la izquierda, precisamente al lado opuesto del ala derecha de los espartanos, donde éstos habían colocado, según costumbre, sus más aguerridas tropas. A las más débiles del centro y la derecha, las dejó en forma tal, que cada línea quedara a la derecha y retaguardia de la anterior, y así, quedaron en reserva, en tanto que el grueso de las fuerzas de Tebas de la izquierda marchó hacia los espartanos y los deshizo. Entonces, el centro y la derecha de los de Tebas entraron en acción y completaron la derrota. Más de la mitad de los espartanos que tomaron parte en la acción fueron muertos y así terminó el poderío de Esparta.
Durante nueve años, Tebas mantuvo la supremacía en toda Grecia, pero como su poder se basaba en el genio de un solo hombre, se derrumbó con su muerte, acaecida en la batalla de Mantinca el 362 a. de C. Allí, Epaminondas vio a su falange romper una vez más la línea espartana; pero al perseguir al derrotado enemigo, una lanza le atravesó el pecho y su médico le dijo que moriría en cuanto se la extrajeran. Cuando llegaron las noticias de que la victoria estaba asegurada, se sacó la lanza con su propia mano, diciendo: "He vivido bastante".
Filipo de Macedonia invadió a Grecia algunos años más tarde y Tebas se unió a Atenas, influida por la elocuencia de Démostenos; hizo una valiente pero desafortunada resistencia en la batalla decisiva de Queronea (338 a. de C.) y resistió el violento ataque. Al subir al trono Alejandro el Grande de Macedonia, Tebas trató de recuperar su libertad y fue demolida hasta sus cimientos como castigo. Aunque reconstruida después, nunca más fue una ciudad importante. No debe confundirse la Tebas griega con la antigua ciudad de Tebas egipcia, que fue durante siglos la capital de los Faraones.
La actual ciudad de Tebas tiene 36.086 habitantes (2011), y la provincia de su nombre, en Beocia, 131.085 hab.