La energía química es aquella almacenada en un átomo o una molécula, que puede ser liberada mediante una reacción química. Por ejemplo, el petróleo tiene energía química almacenada en su estructura atómica y molecular; si lo quemamos, toda esa energía se libera en forma de calor, que podemos aprovechar de muchas maneras, para mover un automóvil, digamos, o para producir energía eléctrica en una planta termoeléctrica.