Cuando este gran volcán explotó en el año 79 casi sepultó a Herculano y a otras dos ciudades romanas levantadas en las cercanías. Los romanos pensaron que el volcán había muerto, pero sólo estaba silencioso. Los volcanes que explotaron por completo hicieron daños aún más grandes, como el Krakatoa en 1883. Este provocó una marejada muy grande que ahogó cuando menos a 40 000 personas.
.