Su santuario, dedicado a Esculapio, dios mitológico de la medicina, dio fama a Epidauro en toda la Grecia antigua. El teatro pertenecía a dicho santuario. Se daban en el mismo representaciones de carácter religioso o profano: danzas sagradas, comedias, tragedias. Llenando las 55 gradas, 14.000 personas podían aplaudir el espectáculo dado al aire libre. Perfectamente estudiada su acústica, un actor susurraba en el centro del anfiteatro y sus palabras eran oídas por todos los espectadores. Revalorizado tras unas excavaciones realizadas en 1881, el teatro de Epidauro es el mejor conservado de cuantos conocemos.
Teatro de Epidauro
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