El carbono se encuentra naturalmente en cuatro tipos de depósitos: la atmósfera y la hidrosfera, la biomasa, los hidrocarburos y el carbón fósil, y los depósitos minerales de carbonatos. Existen diversos procesos naturales que hacen que el carbono pueda pasar de uno a otro de estos depósitos. El conjunto de estos procesos forman lo que se conoce como el
ciclo del carbono. Algunos de estos procesos son la alimentación de los seres vivos, la combustión, la extracción y utilización de combustibles fósiles, etc.