Un jurado del condado de los Ángeles declaró culpable a David Viens, acusado de matar a su esposa para luego cocinarla.
Hay noticias desagradables como la de este caso que empezó en octubre de 2009, con la desaparición de Dawn Viens, esposa del ahora inculpado.
Durante los dos años siguientes no hubo grandes avances en la investigación, hasta que en 2011 el viudo se arrojó desde un acantilado de veinticuatro metros de altura en Rancho Palos Verdes, al sur de Los Ángeles al saber que la policía tenía sospechas de él.
La caída del acantilado no mató a Viens, pero le provocó heridas graves que lo dejaron paralítico.
Fue en el hospital que David Viens confesó lo que había ocurrido con su esposa. Una noche en que estaban discutiendo por cuestiones de dinero, llegó un momento en que el marido maniató y amordazó a su mujer y se fue a dormir.
A la mañana siguiente encontró a la mujer muerta. Para deshacerse del cuerpo lo colocó dentro de un bidón con agua hirviendo cocinándola durante cuatro días. A final sólo quedó el esqueleto que arrojó al basurero.
El jurado al considerar que Viens no había matado a su mujer de forma intencional lo declaró culpable de homicidio en segundo grado.
