Se lo recuerda en las letras por su famosa novela de caballería Palmerín de Inglaterra, dedicada a la infanta doña María, hija del rey Manoel. Aunque se supone que esta obra, perteneciente al ciclo caballeresco del Amadís de Gaula, fue compuesta en Francia alrededor del año 1544, la primera impresión portuguesa que se conoce es de 1567.
La calidad artística del Palmerín de Inglaterra descansa en el interés que despiertan los bien tramados episodios, en la clara caracterización de los personajes y en la trasparencia del estilo. Su valor literario queda de manifiesto al salvarse del fuego, al cual Cervantes condena muchas otras obras durante la limpieza de la biblioteca de Don Quijote.