Las cremas se deben utilizar principalmente por su contenido en grasa y aceite. Las grasas y los aceites suavizan la piel. Sólo después de aplicarse estas substancias puede apreciarse su verdadero efecto. Sin embargo, la acción principal de las cremas cosméticas es superficial. La absorción de grasa, es un asunto de controversia científica. Si una crema contiene alguna substancia potente que puede provocar un efecto general sobre el organismo, debe ser clasificada como preparado medicinal y no simplemente como cosmético, en cuyo caso su utilización debe ser prescrita por el médico.
Cuando se frota una crema cosmética en la piel y desaparece en parte o totalmente, puede tenerse la seguridad de que contienen agua; el contenido principal de las cremas es agua y aceite. La crema licuable es la única que no contiene agua.
La crema debe ser suave y sin ninguna partícula arenosa que raspe la piel. Si ha cambiado su color, con toda seguridad se debe a algún defecto en su elaboración y deberá descartarse. Hasta cierto punto todas las cremas tienen efectos similares, mucha gente acostumbra a utilizar una sola crema para los más diferentes propósitos. Anteriormente las cremas tenían un uso perfectamente delimitado. Debido a que la química moderna ha encontrado nuevas substancias que permiten combinar en forma casi mágica las grasas y el agua, se pueden usar con absoluta seguridad las llamadas "cremas para todos los fines".