Las cascadas se producen cuando los ríos fluyen sobre capas de rocas duras que se encuentran encima de capas de rocas blandas. El río desgasta las rocas blandas, formando un escalón de roca dura que al cabo de miles de años se convierte en un escarpado precipicio por donde el agua cae verticalmente. En su caída, el agua arrastra guijarros y piedras, que cavan el fondo de la cascada haciendo una poza.