Es sobradamente conocido el limitado alcance de los proyectores y de los faros más potentes. Con el haz luminoso extraordinariamente concentrado del láser, que apenas diverge al alejarse de su fuente y que, por ello, es perfectamente directivo, se ha logrado llegar a la Luna e incluso a Marte. También se obtienen ecos láser, reflejados por satélites. Para realizar este singular instrumento, los físicos aprovecharon un fenómeno descubierto por Einstein: la emisión estimulada, amplificación de la luz en el seno de átomos excitados. La luz así producida es realmente "extraordinaria", puesto que no existe en la naturaleza. Se trata de una luz coherente; es decir, "de la misma fase". Aclaremos esto último con una comparación. Una fuente luminosa monocromática puede ser considerada como formada por una aglomeración de innumerables osciladores provenientes de péndulos que golpearan a la misma cadencia, pero desfasados. Por el contrario, en la luz del láser, los péndulos baten todos al unísono. Esta luz es monocromática —roja, por ejemplo: o verde-, ya que no hay mezcla de radiaciones diversas, que tienen cada cual su frecuencia (es decir, su propia longitud de onda y, por tanto, su propio color). Al mismo tiempo se dispone de una densidad de energía mucho mayor que con las otras fuentes. Gracias a la directividad del haz láser, una de sus primeras aplicaciones fue para medir la distancia que separa a un observador de un punto alejado (telemetría), según el principio del radar: recepción del eco devuelto por un obstáculo y cálculo del tiempo empleado por las radiaciones en su trayecto de ida y vuelta.
Por su capacidad de ser modulado, un haz láser puede, además, ser portador de un número considerable de informaciones y desempeñar así un papel importante en las telecomunicaciones. El láser interesa también a los biólogos y a los médicos. Debido al intenso punto luminoso que puede producir (punto biológicamente muy activo por su gran concentración de energía), los experimentadores disponen de un nuevo instrumento que les permite, al'estudiar una célula viva, destruir algunas de sus estructuras. Al observar las perturbaciones que producen las lesiones así provocadas, se obtienen datos sobre las diversas funciones que desempeñan aquellas estructuras en el seno de la célula.
En medicina, el láser ha sido empleado para el tratamiento del desprendimiento de retina. El oftalmólogo realiza unos puntos de adherencia en el fondo del ojo con el fino pincel del láser. Finalmente, con el láser se obtiene el registrador fotográfico del relieve total, el holograma, que permite observar, cuando el observador se desplaza respecto a la fotografía, las distintas caras de los objetos fotografiados con la luz del láser.