Estas ceremonias son el origen del teatro clásico. En griego, el «canto del chivo» es la «tragodía», de donde se deriva la palabra tragedia. La tragedia reunió argumentos de la religión y de los mitos y leyendas que la adornaban: hazañas de los dioses, gestas de héroes como Aquiles y Ulises... Un coro alternaba sus declamaciones con las de un contestador (el corifeo), que después se desdobló en dos, naciendo así el diálogo.
El teatro era al aire libre: los actores, todos varones, iban envueltos en túnicas multicolores o en cortos mantos, y declamaban cubriéndose el rostro con grandes máscaras de aspecto grotesco, cuya misión era también la de amplificar la voz. Los griegos tuvieron grandes autores de tragedias como Esquilo, Sófocles y Eurípides. En la tragedia se exaltaban el valor y la virtud de los héroes y de los dioses; en la comedia, se ridiculizaba las debilidades y los vicios de los hombres: avaricia, gula, presunción, desmedido afán de poder... La comedia fue también una invención griega. Aristófanes fue el más célebre comediógrafo griego.