La capa más externa del diente (la parte que nos cepillamos) es el esmalte. Depositado por las células llamadas ameloblastos, el esmalte es 95 por ciento inorgánico, dice Gengler, por lo que es el material más duro en el cuerpo. En contraste, sólo un 50 por ciento de nuestros huesos es mineral.
El esmalte es muy delgado (en perros y gatos, por ejemplo, es sólo una fracción de un milímetro de grosor), por lo que la mayor parte de la sustancia de un diente consiste en la dentina que se encuentra por debajo del esmalte. Producida por las células llamadas odontoblastos, la dentina es aproximadamente 70 por ciento inorgánica y estructuralmente tubular, como una red de "conductos pequeños con líquido en su interior", dice Gengler.
En el interior del diente, debajo de la dentina, se encuentra la cámara pulpar. La pulpa incluye los vasos sanguíneos que nutren al diente mediante la entrega de oxígeno y nutrientes, y de ciertas fibras nerviosas que nos advierten de problemas como dolores de muelas o hipersensibilidad.