Los estudiosos de las plantas (botánicos), a medida que iban conociendo nuevos vegetales, sobre todo después de los grandes descubrimientos geográficos, experimentaron la necesidad de ordenar los conocimientos adquiridos agrupando los vegetales según las semejanzas que hubiera entre ellos. Pero si pensamos en las muchas plantas que crecen a nuestro alrededor, y en lo distintas que son unas de otras, comprenderemos en seguida que encontrar un medio sencillo de clasificar el mundo vegetal era algo muy complicado. El primer gran científico que llevó felizmente a cabo esta tarea fue Linneo. Para agrupar las plantas se basó en el aspecto de las flores, y especialmente en las características y el número de los estambres y los pistilos.
Hoy en día su clasificación ha sido superada por otras más lógicas y perfectas, pero a Linneo le cabe el honor de haber introducido en la botánica el criterio de adoptar para cada planta dos términos latinos: uno para indicar el género y otro para indicar la especie. Este criterio se sigue utilizando universalmente, sobre todo en los congresos internacionales de botánica que se celebran cada cuatro años.