Breve historia de los ladrillos


Durante miles de años la gente ha hecho de ladrillos para la construcción de edificaciones. La mayor parte de los ladrillos antiguos se secaban al sol. Estaban hechas de barro, por lo general mezclado con paja para ayudar a mantener el barro unido. Los primeros ladrillos secados al sol se hicieron en Mesopotamia (lo que hoy es Irak), en la antigua ciudad de Ur, en el 4000 antes de Cristo.

Sin embargo, algunos siglos más tarde los ladrilleros aprendieron a hacer ladrillos mucho más duros al cocerlos en hornos en vez de secarlos al sol.

El ladrillo ha sido considerado como uno de los materiales de construcción más duraderos y fuertes a lo largo de la historia. Los romanos hicieron uso de los ladrillos de barro cocido, y sus legiones, introdujeron ladrillos a muchas partes del imperio romano

Hoy todavía se secan ladrillos al sol en muchas partes del mundo. Pero actualmente, cuando la gente oye hablar de un ladrillo piensa en un ladrillo que se ha hecho en un horno.

El barro para hacer ladrillos es arcilla mezclada con agua. También se agrega un poco de arena. El barro puede ser presionado en moldes separados o se hacen en tiras largas y luego se cortan en piezas o ladrillos. Los ladrillos primero se secan. Luego, se calientan. La temperatura en un horno de ladrillos puede llegar a más de 2.000 °F. Los ladrillos están perfectamente endurecidos cuando salen del horno. "Tan duro como un ladrillo" es un dicho común.

Hay diferentes tipos de ladrillos horneados. Los ladrillos vidriados y ladrillos refractarios, son dos de ellos. El ladrillo vidriado tiene un revestimiento que hace que sea tan suave como el cristal. Los ladrillos refractarios contienen mucha sílice, lo que hace que resistan el fuego muy bien.

Las termitas no comen ladrillos. El fuego no los puede destruir. El viento y el tiempo no hace que se pudran. Las edificaciones de ladrillo duran por largo tiempo.

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