Una anguila eléctrica llega a generar de tres a cinco ráfagas de electricidad cuando ataca, cada una de alrededor de media milésima de segundo.
Mientras que el voltaje es suficiente para atontar temporalmente a un ser humano, la anguila prefiere guardar su energía para las ranas y peces pequeños que suele comer. Por cierto, la anguila eléctrica no es realmente una anguila en absoluto, sino un pez relacionado con la carpa y el siluro.
Tampoco es única en lo que se refiere a generar su propia electricidad, los científicos han identificado cerca de quinientas especies de peces que también generan electricidad.
Las anguilas eléctricas son nativas de América del Sur, donde se encuentran en estado natural en las cuencas del río Amazonas y el Orinoco; habitan zonas de aguas calmas, prefiriendo los lechos limosos, arroyos y zonas pantanosas, donde los ejemplares juveniles pueden capturar los pequeños invertebrados que componen su dieta.