El primer motor de reacción lo construyó el ingeniero británico Frank Whittle en 1937. Pero Ernst Heinkel fabricó el primer avión a reacción, en Alemania, en 1939. La mayoría de los aviones modernos llevan motores de reacción con un ventilador que succiona el aire. Parte de él pasa a la cámara de combustión, donde se mezcla con combustible, explota y genera gases calientes, que mueven el ventilador y se escapan por detrás del motor, impulsando el avión. La mayor parte del empuje procede del aire que pasa alrededor del motor.
Como una curiosidad se puede decir que los motores a reacción pueden ser datados desde el primer siglo después de Cristo, cuando el sabio griego Herón de Alejandría inventó la eolípila. Ésta utilizaba el poder del vapor dirigido a través de dos salidas que causaba que una esfera girase rápidamente sobre su eje dando así un giro raramente hexagonal. Sin embargo, el aparato nunca fue utilizado para realizar trabajos mecánicos y las potenciales aplicaciones prácticas de la invención de Herón no fueron reconocidas.