Algunas plantas dependen de ciertos animales como aves o insectos para transportar sus semillas hacia nuevos lugares en donde éstas puedan germinar. Hay otras plantas, que simplemente dejan caer sus semillas en el suelo, para que broten nuevas plantas, o dejan que el viento se lleve las semillas a otros lugares.
Pero ciertas plantas, como el cohombrillo amargo (pepinillo del diablo), tiene una extraña manera de diseminar sus semillas. Al incrementarse el gas y el agua en su interior hace que se acumule presión hidrostática dentro de la flor.
Luego, en el momento adecuado, cuando las semillas están maduras, el gas y el agua salen a chorro con la fuerza de una lata de aerosol. Las semillas de la planta se dispersan de esta peculiar manera, ¡a veces hasta doce metros de distancia!