Todas las montañas se formaron a través de movimientos muy lentos de la corteza terrestre. Estos cambios producen cuatro tipos diferentes de montañas, en función de como la corteza reacciona a estos movimientos.
Si la corteza de la Tierra (debido al choque de las placas continentales) forma ondas, o subidas y depresiones, al igual que un acordeón, entonces crea montañas de plegamiento. Los Alpes en Europa y los Apalaches en el este de Estados Unidos son ejemplos de montañas de plegamiento.
A veces, la corteza terrestre cambia sin doblarse o romperse, sino que simplemente se levanta en una especie de domo. Las Black Hills de Dakota del Sur nacieron mediante este tipo de levantamiento.
Están también las llamadas montañas de bloque, las cuales se generan cuando en la corteza terrestre se ha hundido el bloque central y los bloques laterales ascienden (algunas de ellas se encuentran en el oeste de Estados Unidos)
Por último, están las montañas de tipo volcánico que se crean por el acumulamiento del material eruptivo que se genera a lo largo del tiempo. Volcanes conocidos son el monte Vesubio en Italia y el Monte Fuji en Japón.
Las montañas volcánicas se pueden formar bajo el mar e incluso elevarse como islas en la parte superior, que es como las islas hawaianas se formaron.
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