Frases célebres sobre el fanatismo
- Todos los fanatismos se ahorcan unos a otros.—Thomas Jefferson.
- No hay más que un paso del fanatismo a la barbarie.— Diderot.
- ¿Qué es más peligroso, el fanatismo o el ateísmo? Sin duda lo es mil veces más el fanatismo, pues el ateísmo no inspira pasiones sanguinarias, mientras que el fanatismo sí. El ateísmo no se opone al crimen, pero el fanatismo es causa de que se cometan crímenes.—Voltaire.
- Sabemos los crímenes que ha causado el fanatismo en la religión. Cuidemos de no introducir el fanatismo en la filosofía.— Federico el Grande.
- La víctima del fanatismo descubrirá que cuanto más fuertes sean los motivos que pueda alegar para obtener piedad, menores serán sus probabilidades de lograrla, pues el mérito de su destrucción se considerará que aumenta en proporción al sacrificio de todo sentimiento de justicia y de humanidad.— Colton.
- En el fondo de la intolerancia religiosa hay sin duda cierta suma de verdad, y por tanto cierta utilidad.—Lichtenberg.
- Mientras haya en el mundo creyentes fanáticos, existirá siempre el deseo de castigar las opiniones contrarias, aun cuando el juicio diga que es una insensatez y la conciencia que está mal hecho.—Walter Wagehot.
- No obliguéis nunca a vuestros subditos a cambiar de religión. La violencia no sirve nunca para persuadir a los hombres: sólo sirve para hacerles hipócritas.—Fenelón.
- Todas las religiones deben ser toleradas, y las autoridades sólo deben preocuparse de que no se molesten unas a otras, pues debe dejarse que cada hombre se salve a su manera.— Federico el Grande.
- La tolerancia religiosa es una especie de infidelidad.— Ambrosio Bierce.
- Si la tolerancia tolera la intolerancia corre el peligro de ser destruida por ésta. Si no la tolera, se destruye a sí misma.— Arthur E. Morgan.
- Todo hombre que se conduzca como un buen ciudadano debe ser protegido para que pueda adorar a la divinidad según los dictados de su propia conciencia.—George Washington.
- Yo soy partidario de la libertad de religión y estoy en contra de todas las maniobras encaminadas a lograr el predominio legal de una secta sobre otra.—Thomas Jefferson.