Las personas a 15 km de distancia de la erupción no escucharon nada en absoluto. Ningún ruido. Ningún susurro. Sin embargo, a 300 km de distancia, el sonido de la explosión del volcán conocido como Monte St. Helens fue tan fuerte que era casi ensordecedor.
Misteriosamente, cuando el volcán explotó, se creó un círculo de silencio de unos 300 km de ancho. Dentro del anillo, la gente no oyó nada. Fuera de él, algunas casas fueron sacudidas tan fuertemente por el sonido que los que vivían en ellas pensaban que habían sido alcanzados por una bomba. ¿Qué pasó? El Dr. John Dewey, un científico de la Universidad de Victoria, investigó y nos dio la respuesta.
Si se le da a elegir entre seguir el aire frío o el caliente, el sonido siempre seguirá el aire más frío. Cuando el volcán explotó en 1980, el aire a nivel del suelo estaba de repente muy caliente. El aire más frío estaba por encima.
En lugar de extenderse hacia a los lados, como normalmente lo haría, el sonido se fue hacia arriba hasta que encontró una corriente de aire frío a una altura de 7 km. Esta corriente de aire se llevó el sonido del volcán a una distancia de 300 kilómetros de la explosión hasta que pudo ser escuchado.