Temprano en la mañana del 30 de junio de 1908, una gran masa de fuego golpeó en la Siberia central tanto que 450 kilómetros de distancia, los hombres y los caballos fueron lanzados varios metros en el suelo.
De hecho, el impacto se sintió en Inglaterra, a 5.600 kilómetros de distancia. Durante años, los científicos trataron de averiguar qué fue lo que golpeó la Tierra ese día. ¿Qué fue lo que destruyó 80 millones de árboles en un círculo de ochenta kilómetros de ancho? ¿Qué pudo haber sido tan caliente que volvió en cenizas aquello donde impactó a tierra? Si no podían saber lo que era, sabían lo que no lo era.
Lo que golpeó la Tierra no era un meteorito. Algunos piensan que podría haber sido un cometa, el cual contiene un núcleo de gases congelados mezclados con otras sustancias. Al entrar en la atmósfera, el cometa se evaporó en una gran explosión.
Sea lo que fuere, el misterio sigue sin resolverse hasta nuestros días.