Después de que la Segunda Guerra Mundial terminó en 1945, los Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), compitieron por haber quien sería la nación más poderosa del mundo.
La rivalidad se extendió a muchos ámbitos, poder industrial, fuerza militar, y logros en las artes y las ciencias. El espacio se convirtió en un gran campo de experimentación, un lugar donde uno de los dos pueblos podía demostrar su superioridad sobre el otro.
En 1957, la Unión Soviética lanzó el Sputnik I, el primer satélite artificial en la órbita de la Tierra. Los soviéticos iniciaron con un triunfo y los Estados Unidos se quedaron atónitos. Desde ese entonces, ambas naciones dedicaron enormes recursos y esfuerzo humano a la consecución de hitos en el espacio. La Carrera Espacial estaba en marcha.