Diriga su atención al cielo nocturno y vea todas esas estrellas brillantes. ¿Es posible que el hombre sea capaz de medir la temperatura de sólo uno de ellas?
Por extraño que parezca, podemos calcular la temperatura de una estrella. Todo lo que necesitamos es un avión a reacción, un telescopio, un detector de calor, y un disco de diamante del grueso de un papel.
El avión vuela tan alto como pueda hasta estar lo más lejos posible de la contaminación en la atmósfera de la Tierra. El telescopio comienza a explorar el cielo. Justo antes de enfocarse en la estrella de la que los científicos están interesados, insertan el disco de diamante en el telescopio. En primer lugar, sólo se ve el vacío del cielo, luego está la luz de la estrella que pasa por el disco de diamante.
Los más pequeños cambios de temperatura que se producen son transmitidos al detector por el disco. Esto permite a los científicos averiguar la temperatura de la estrella.
Los termómetros de diamante son tan super sensible a los cambios de calor que de hecho pueden detectar cambios tan pequeños como una milésima de grado.