Durante el siglo XVI, en Alemania, ¡había una biblioteca que no tenía libros!
En lugar de libros, había estantes y más estantes llenos de cajas. Cada caja era del tamaño de un libro. Cada una de estas cajas se hacía de la madera de un árbol en particular, y el nombre del árbol era marcado en el lado de la caja.
Dentro de cada caja había pequeñas piezas de la madera del árbol junto con las bayas o frutos producidos del árbol. También dentro de la caja había una colección de los insectos que normalmente vivían en el árbol, hojas secas, y cualquier musgo o enredaderas que crecían a lo largo del tronco.
El tamaño de las cajas variaban en base del tamaño del árbol de cuya madera fueron construidas. Una caja hecha de pino era más grande que una hecha de un manzano o durazno.
Aunque ninguna palabra o escritura fueron incluidas en cualquiera de estas cajas, esta "biblioteca" fue de gran ayuda para los científicos en el estudio de los árboles y plantas de Alemania. Llegó a ser una de las bibliotecas más insólitas del mundo.