En 1782, dos hermanos franceses, Joseph y Etienne Montgolfier, estaban sentados delante de un fuego cuando se dieron cuenta de que las cenizas ondulaban hacia arriba, llevadas por el aire caliente.
Llegaron a una conclusión sorprendente. Si el aire caliente podía ser capturado en una bolsa lo suficientemente grande, sería lo suficientemente fuerte como para llevar a una persona. El 4 de junio de 1783, los hermanos encendieron un montón de paja y lana debajo de un gran globo forrado de lino y vieron como despegaba de la tierra.
El globo subió lentamente, y a unos 90 metros de altura los dos hombres se quitaron sus sombreros ante la multitud que observaba maravillada. Luego el viento los puso sobre París y llegaron a una altitud de 500 metros.
Miraban con asombro que la gente se movía debajo de ellos como si fueran insectos. Después de 25 minutos, el viaje terminó, y el globo aterrizó suavemente en el suelo. Por primera vez en la historia, dos hombres habían volado con éxito.