El viejo "Doc" Pemberton era bien conocido en Atlanta, por su "medicinas de patente", que la gente tomaba para curarse de una variedad de males.
Un día de 1886, se presentó en su negocio con una nueva bebida. A sus amigos y vecinos les gustó el sabor de la nueva bebida. No era demasiado dulce ni demasiado amarga.
Era muy refrescante y podía hacer que cualquiera se sintiera mejor. Ni siquiera tenía uno que sentirse enfermo para poder disfrutarla.
Alentado, "Doc" Pemberton fue a su casa y comenzó a hacer más jarabe de lo que él llamó Coca-Cola. Pero las cosas no le fueron tan bien como él había esperado. Ese primer año, vendió sólo 25 galones de jarabe, y no había señales de que el negocio pudiera mejorar.
Desanimado, vendió casi todas sus acciones de la empresa a Asa Griggs Candler, un farmacéutico de Atlanta. A diferencia de Pemberton, Candler creía en la publicidad, y la famosa etiqueta de la Coca-Cola comenzó a aparecer por todas partes.
El negocio de pronto fue un éxito clamoroso. Sólo 32 años después de haber comprado el negocio por 283,29 dólares, Asa Griggs Candler lo vendió por 25 millones de dólares.