Los lugares en nuestro cuerpo donde dos o más huesos se unen se les llama articulaciones. Algunas articulaciones son fijas, no se mueven, mientras que otras articulaciones son móviles.
Las articulaciones fijas se hallan donde se encuentra un hueso contra otro, a veces con una fina capa de tejido que los separa. Estas articulaciones no se mueven en absoluto, pero el tejido es capaz de suavizar un duro golpe que podría recibir y evitar que sus huesos se rompan. Las articulaciones de los huesos del cráneo, son ejemplos de articulaciones fijas.
Las articulaciones móviles se dividen en tres tipos, dependiendo de sus usos. Hay articulaciones en bisagra, de pivote o trocoides, y articulaciones esféricas o enartrosis.
Las articulaciones en bisagra permiten que los huesos se muevan hacia adelante y hacia atrás, como una puerta se abre sobre sus goznes. Las articulaciones en bisagra se encuentran en la rodilla y los dedos.
Las articulaciones en pivote permiso de los huesos para girar, o dar la vuelta. Cuando usted mueve su cabeza de lado a lado, o girar el brazo en el codo, está utilizando juntas pivote.
Sin embargo, las articulaciones que le dan la mayoría de los movimientos son las articulaciones esféricas. Esto se debe al modo en que están formados. Un hueso largo se une a un hueso más corto en este tipo de articulación. El hueso largo tiene un extremo redondo grande que cabe en una sección curva ahuecada del hueso más corto, al igual que una pequeña pelota encaja en la palma encorvada de la mano. Las articulaciones esféricas es lo que le da la libertad de movimiento a los hombros y las caderas.
De los 22 huesos unidos por articulaciones en el cráneo, sólo uno se puede mover: aquel en su mandíbula inferior, ¡que le permite hablar, reír, y masticar la comida!