Babosa de mar: mitad animal - mitad planta

Se da a conocer el hallazgo de una babosa de mar: mitad planta, mitad animal.

Una babosa de color verde, que es parte animal y parte vegetal, produce su propia clorofila, por lo que puede realizar la fotosíntesis, convirtiendo la luz solar en energía.

Esta babosa es la primera criatura que se descubre que produce el mismo pigmento de clorofila de las plantas.

Estas babosas parecen haber robado los genes que le permiten esta habilidad de ciertas algas que han comido. Con los genes de las algas, las babosas pueden llevar a cabo la fotosíntesis - el proceso que utilizan las plantas para convertir la luz solar en energía.

"Las babosas pueden hacer sus propias moléculas que contienen energía sin tener que comer nada", dijo Sidney Pierce, biólogo de la Universidad de South Florida en Tampa.

Pierce ha estado estudiando esta criatura única, científicamente llamada Elysia chlorotica, por cerca de 20 años. El investigador presentó sus descubrimientos más recientes el 7 de enero de 2010 en la reunión anual de la Society for Integrative and Comparative Biology, en Seattle. El hallazgo fue reportado por Science News.

"Esta es la primera vez que animales multicelulares han sido capaces de producir clorofila," dijo Pierce a LiveScience.

Las babosas de mar viven en las marismas de Nueva Inglaterra y Canadá. Además de robar los genes necesarios para crear el pigmento verde de la clorofila, las babosas también roban partes de células diminutas llamadas cloroplastos, que utilizan para llevar a cabo la fotosíntesis. Los cloroplastos utilizan la clorofila para convertir la luz solar en energía, tal como lo hacen las plantas, eliminando la necesidad de comer alimentos para obtener energía.

"Nosotros las recogemos y las mantenemos en los acuarios durante meses", dijo Pierce. "Mientras tengamos una luz sobre ellos durante 12 horas al día, pueden sobrevivir [sin alimentos]."

Los investigadores usaron un trazador radiactivo para asegurarse de que las babosas son realmente productoras de la clorofila por sí mismas, o simplemente roban los pigmentos ya preparados a partir de las algas. De hecho, las babosas incorporan el material genético tan bien, que pasan estos genes a las generaciones venideras de babosas.

Los bebés de estas babosas conservan la capacidad de producir su propia clorofila, sin embargo, no pueden llevar a cabo la fotosíntesis hasta que hayan comido las suficientes algas para adquirir los cloroplastos necesarios, los cuales aún no pueden producir por su propia cuenta.

Esta capacidad de las babosas de mar es toda una hazaña; pero los científicos aún no están seguros de cómo estos animales adecúan los genes que necesitan a su propio organismo.

"Ciertamente es posible que el ADN de una especie puede llegar a otra especie, como estas babosas han demostrado claramente", dijo Pierce. "Pero los mecanismos son aún desconocidos."