Las células del cuerpo usan la comida que comemos para hacer tres tareas importantes: proporcionar energía, hacer células nuevas, y reparar las células que se desgastan. Los hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas y minerales en los alimentos que comemos se descomponen en pequeñas partículas o moléculas, que son los materiales que el cuerpo necesita para llevar a cabo estas tres tareas importantes.
Los hidratos de carbono le dan al cuerpo la energía principal que necesita para que los músculos y los nervios trabajen, y para construir y reparar los tejidos del cuerpo. Los azúcares y almidones que contienen las patatas, frutas, miel, cereales, maíz, guisantes y frijoles proveen los hidratos de carbono necesarios.
Las grasas nos dan mucha energía, de hecho, más del doble de la energía que los carbohidratos nos proporcionan. El cuerpo utiliza las grasas para la energía y el crecimiento. Pero algunas personas no utilizan, o no queman, todas las grasas que consumen. Este exceso de grasa se almacena en el cuerpo, lo que se convierte en sobrepeso. La leche, mantequilla, carne, y el helado son algunos de los alimentos que proporcionan las grasas que nuestro cuerpo necesita.
El trabajo de las proteínas en la dieta incluye la reparación de las células dañadas del cuerpo, la construcción de nuevos tejidos, y ayudarle a combatir las enfermedades. Leche, huevos, queso, frijoles, pollo, pescado, carnes, verduras y frutos secos nos proveen de proteínas.
Las vitaminas en los alimentos, ayudan a mantener la piel saludable, los huesos fuertes, el funcionamiento de los nervios y la formación de las células rojas de la sangre.
Los minerales también ayudan al cuerpo a crecer. Los dientes y los huesos dependen de ellos; los necesita la sangre para coagular, y los jugos digestivos los usan en su trabajo.