Una vez se dijo que "el sol nunca se pone en el Imperio Británico". Y durante muchos años, fue algo cierto. Durante los últimos siglos, Gran Bretaña poseía colonias en casi todos los rincones del mundo, y el imperio formado por estas posesiones fue uno de los más grandes que el mundo había visto desde entonces.
Además de las colonias de Estados Unidos y Canadá, Gran Bretaña alguna vez gobernó la India, Australia, Nueva Zelanda, y otras naciones de Asia. Gran Bretaña también gobernó Guyana en América del Sur, las Bahamas, Jamaica y otras islas del Caribe, y más de una docena de modernas naciones en África.
Incluso al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, ¡el Imperio Británico cubría unos 40 millones de kilómetros cuadrados!
Gran Bretaña comenzó a abandonar sus colonias que le quedaban después de la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día, pocas posesiones británicas aun quedan en el extranjero, las que incluyen una serie de islas pequeñas, además de una colonia que es apenas más grande que un pequeño pueblo: Gibraltar.
Hasta hace poco, la colonia más grande aún en manos de Gran Bretaña era Belice, un territorio de América Central del tamaño de Massachusetts. Pero Gran Bretaña concedió la independencia a Belice en 1981.
Aunque, para ser justos, el primer imperio del cual ciertamente se pudo decir que el sol nunca se ponía era España. El país peninsular no sólamente llegó a dominar, en alguna época, sobre partes de Europa y África, sino que su imperio se extendía a América y Asia, particularmente las Filipinas, el único país asiático mayoritariamente católico.
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